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Malinformar y desinformar en tiempos de guerra

Miles de muertos tras la guerra entre Israel y Hamás en Medio Oriente. Foto: difusión
Miles de muertos tras la guerra entre Israel y Hamás en Medio Oriente. Foto: difusión

Debemos asumir un papel activo en la verificación de lo que deseamos compartir

En los últimos días, hemos sido inundados por imágenes y videos que lamentablemente muestran lo que está sucediendo en Palestina e Israel. Esta situación nos llena de conflicto, preocupación y ansiedad, lo que naturalmente nos lleva a compartir contenido relacionado en las redes sociales. Sin embargo, es importante reconocer que en más de una ocasión hemos compartido contenido falso creyendo erróneamente que era real, sin realizar una verificación de los hechos antes de su difusión. 

Ejemplo de ello fue una publicación de Justin Bieber, en la que su imagen leía "Reza por Israel", acompañada por una fotografía que mostraba edificios destruidos en Gaza. Similarmente, la actriz Jamie Lee Curtis cometió un error al compartir una imagen bajo la errónea creencia de que se refería a niños hambrientos en Israel, cuando, en realidad, los niños en la imagen eran palestinos. De acuerdo con Human Rights Watch (2023), gran parte del contenido que se está difundiendo contiene imprecisiones, manipulaciones, alteraciones, traducciones incorrectas y otros engaños visuales.

Es fundamental resaltar que en ocasiones se difunde información sin necesariamente tener intenciones maliciosas, lo que comúnmente se conoce como "malinformación". Esta malinformación puede ser compartida por periodistas, funcionarios y ciudadanos preocupados por la situación, quienes comparten inadvertidamente contenido que incluye imágenes de conflictos pasados, errores en la geolocalización y un contexto distorsionado, según señala Human Rights Watch (2023). No obstante, esto no descarta la existencia de individuos u organizaciones que deliberadamente optan por difundir información falsa con el propósito de promover sus agendas personales, lo que se denomina "desinformación". La continua propagación de tanto la malinformación como la desinformación podría agravar las divisiones políticas a nivel global.

Remitámonos a la red social X -anteriormente conocida como Twitter-  que suele centralizar la difusión -y la diseminación- de información, independientemente de su veracidad. Con los cambios implementados en la plataforma después de la llegada de Elon Musk, se ha vuelto aún más desafiante para los usuarios discernir qué contenido es auténtico y cuál no lo es. Un ejemplo de esto es el reconocido "check azul", que anteriormente se utilizaba para verificar a organizaciones o individuos que compartían información a través de la plataforma. Ahora, cualquier persona puede obtener dicha validación, lo que desvirtúa su propósito original de ser un sello de autenticidad para aquellos que difunden información.

Resulta aún más problemático que ahora X haya transferido la responsabilidad de verificar la veracidad de la información a los propios usuarios, a través de los "Community notes". Esta herramienta en gran medida delega a los usuarios la tarea de contextualizar una publicación que podría contener información engañosa en lugar de depender de moderadores de contenido contratados por la plataforma (X, 2023). Recordemos que los intermediarios tienen la responsabilidad de mitigar la propagación de información falsa, tal y como lo indica la Declaración Conjunta Sobre Libertad De Expresión Y "Noticias Falsas" ("Fake News"), Desinformación Y Propaganda (2017):

4.     Intermediarios. e. Los intermediarios deberían apoyar la investigación y el desarrollo de soluciones tecnológicas adecuadas para la desinformación y la propaganda, que los usuarios puedan aplicar en forma voluntaria. Deberían cooperar con iniciativas que ofrezcan servicios de verificación de datos a los usuarios y revisar sus modelos de publicidad para garantizar que no tengan un impacto adverso en la diversidad de opiniones e ideas.

[El resaltado es nuestro]. 

Frente al accionar de X en el contexto de la guerra en cuestión, la Comisión Europea (2023) -en donde se alberga una de las regulación de contenidos en línea más estrictas del mundo contra la difusión de información falsa (Reuters, 2023)- recientemente ha enviado una solicitud formal de información en virtud de la Ley de Servicios Digitales (DSA) por la supuesta difusión de contenidos ilegales y desinformación; en particular, la difusión de contenidos terroristas y violentos y discursos de odio en el marco de la guerra. Dicha solicitud también sirve para examinar cómo la plataforma ha manejado las quejas presentadas por usuarios y qué medidas ha tomado para mitigar la difusión de contenido ilegal y la desinformación.

Ante la propagación de "malinformación" y "desinformación", y ante la inacción de plataformas como X para mitigar su difusión, es esencial que como usuarios nos planteemos: ¿qué podemos hacer al respecto? La censura jamás será la opción a elegir, pues limita la libre difusión de información, lo cual generaría que la comunidad internacional se encuentra desinformada. De acuerdo con la Opinión Consultiva OC-5/85 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, “el  abuso  de  la  libertad  de  expresión  no puede ser objeto de medidas de control preventivo  sino  fundamento  de  responsabilidad para  quien  lo  haya  cometido”. Por el contrario, es el libre intercambio de ideas lo que permitirá que aquella información falsa sea desmentida con información veraz. Para ello, los usuarios debemos asumir un papel activo en la verificación de lo que deseamos compartir, de manera que no contribuyamos al problema que acontece: la malinformación y desinformación en tiempos de guerra.

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