El retiro de la candidatura peruana de la elección de la CIDH: ¿Un retroceso para los derechos humanos?

Hace unos días Julissa Mantilla, la primera mujer presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), se enteró -vía redes sociales- que el Estado Peruano había retirado su candidatura para ser reelegida en su cargo para el período 2024-2027, en las elecciones que se llevarían a cabo en el Quincuagésimo Tercer Ordinario de Sesiones de la Asamblea General de la organización. Dicha decisión se ha dado en el marco de una crisis política que aún persiste, en donde varios han presionado al gobierno actual de Dina Boluarte para que retire la candidatura de Mantilla. 

Ejemplo de ello es lo que dijo el Ministro de Educación Óscar Becerra el 14 de abril 2023 en un evento que se llevó a cabo en el Colegio de Abogados de Lima (CAL) en donde se discutía el proyecto de ley presentado por Alejandro Cavero sobre la implementación de un sistema de subsidios que permita al Estado Peruano facilitar el ingreso de niños a colegios privados. En dicho evento, el Ministro dijo “(...) salgámonos de ese adefesio que es la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, con el perdón de los adefesios”.

Frente a esta declaración, el representante del Perú ante la Organización de Estados Americanos (OEA) Gustavo Adrianzén rechazó sus afirmaciones y reafirmó la buena relación que tiene el Estado Peruano con órganos como la CIDH, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) y la Organización de Estados Americanos (OEA) y el esfuerzo que se da para mantener dichas relaciones. A continuación se detalla por qué la importancia de mantenerlas. 

La CIDH es un órgano autónomo de la OEA que tiene como función promover y resguardar los derechos humanos en América. Como tal, sirve como un mecanismo vital para monitorear las violaciones de los derechos humanos, brindar asistencia técnica a los países y emitir recomendaciones a los estados miembros para cumplir con sus obligaciones bajo el derecho internacional de los derechos humanos.

Siendo ello así, la CIDH tiene un impacto significativo en la situación de los derechos humanos en la región, pues su trabajo ayuda a exponer los abusos contra los derechos humanos y responsabilizar a los gobiernos por sus acciones. Asimismo, proporciona una plataforma para que las víctimas de violaciones de derechos humanos expresen sus preocupaciones y busquen reparaciones.

En concreto, los países deben nominar a personas a formar parte de la Comisión por las siguientes razones:

1. Se asegura representación regional: La CIDH está compuesta por siete miembros que se desempeñan a título personal y representan a los países de las Américas. Al nominar a personas calificadas para servir en la Comisión, los países pueden asegurarse de que sus voces y perspectivas estén representadas.
2. Se fortalece la independencia de la Comisión: La CIDH opera independientemente de la OEA y sus Estados miembros, lo que le permite realizar su trabajo de manera objetiva e imparcial. Al nominar a personas que tengan un compromiso demostrado con los derechos humanos y que no estén influenciados por intereses políticos o de otro tipo, los países pueden ayudar a fortalecer la independencia de la Comisión.
3. Se mejora la experiencia de la Comisión: La CIDH tiene la responsabilidad de promover y proteger los derechos humanos, entre los cuales se incluyen los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales. Al nominar a personas con experiencia en estas áreas, los países pueden garantizar que la Comisión tenga el conocimiento y las habilidades necesarias para llevar a cabo su mandato de manera efectiva.
4. Se apoya el trabajo de la Comisión: La CIDH cuenta con el apoyo de sus Estados miembros para llevar a cabo su trabajo. Al nominar a personas calificadas para servir en la Comisión, los países pueden demostrar su compromiso con los derechos humanos y su apoyo al trabajo de la Comisión.

Ello así, la nominación constituye una forma de contribuir a la promoción y protección de los derechos humanos en las Américas. Al nominar a personas calificadas con un fuerte compromiso con los derechos humanos, los países pueden garantizar que la Comisión tenga la experiencia y la independencia necesarias para llevar a cabo su mandato de manera efectiva.

Además, tener un representante en la Comisión permite a los países tener voz en el proceso de toma de decisiones y entablar un diálogo constructivo con la Comisión. Esto puede conducir a una mejor cooperación y colaboración entre los estados miembros y la Comisión, lo que en última instancia puede conducir a mejores condiciones de derechos humanos en la región. Sin embargo, frente al retiro de la candidatura de Mantilla, nos encontramos frente a un retroceso indudable en la lucha por la protección de los derechos humanos no solo en el país, sino en toda la región.

Bibliografía

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